Hemos de pedir piedad a nuestros verdugos
en este tiempo de crimen y pobreza
solicitar clemencia a quienes nos matan
por error
por torpeza
o estupidez
implorar con los ojos cerrados
el perdón de un dios ausente
yo
hijo del hombre
empuño la pluma como otros el fusil
y desgarro la hoja en blanco
diciendo mis verdades
que otros se arrodillen ante sus amos de turno
para ellos no habrá justicia ni memoria
yo muero y vivo en mis versos
resistiendo el falaz encanto
de la conformidad.
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