La bestia se oculta en este espejo, pero no sé de qué lado del cristal.
BIENVENIDOS!!!!
FUGA
Tomó una, otra, otra, y otra más, las apiló con cuidado, trepó en ellas y salió de la prisión en una escalera de palabras.
ESCAPE
Alcé la mano con dificultad. El dolor era agudo, frío. La tierra estaba húmeda y suelta por la lluvia del día anterior. Mis dedos sintieron el suave beso del aire afuera. Volvía a la vida después de 3 años de entierro.
LA RECTA
EMPANADAS
Todos los días, sin importar el frío o el calor, la lluvia o la helada, pasaba por el kiosco y compraba dos empanadas. Se sentaba en la esquina con la mirada perdida, esperando, y las comía con parsimonia. "Disculpe que me entrometa", dijo un día la cocinera: "Todos los días compra lo mismo y espera...". La miró en silencio: "Sí, espero a mi hermano que un día vino a comprar aquí y nunca volvió". Los ojos de ella se nublaron de pronto: "Lo siento". "Hasta mañana", dijo. Él no sabía que su hermano estaba muerto, que la cocinera era una asesina y que el relleno de las empanadas no era de carne vacuna.
AMANTE INFERNAL
Cuando ella se acercó, un escalofrío tétrico recorrió mi espalda. Tocó mi hombro y las gélidas falanges de sus manos muertas evocaron en mí el deseo del abismo.
REFLEJO
Un hombre contempla un gran cuadro y se impresiona al ver plasmada en la tela la muerte de un hombre que contempla un gran cuadro.
ASESINO
VINO
Paladearte, degustarte, olerte, sentir las finas notas de tu piel, elevar la copa de tu cuerpo a trasluz y beberte poco a poco.
DESESPERADO
Asaltó un banco. Estrelló su auto contra una escuela. Atentó contra el Presidente. Algo había que hacer: no vendía ni un solo diario.
DOBLE
DESCUBRIMIENTO
INMORTALIDAD
ASESINO
TRABAJO
Amanecí dolorido y cansado. Un extraño sabor amargo contagiaba mi boca y un intenso dolor en las sienes me decía que la noche había sido movida. Con el sol levantándose ya en el cielo mis ojos se entrecerraron hasta que mis párpados se unieron al fin. Con notable esfuerzo adopté mi mejor postura para soportar la agobiante jornada laboral que me esperaba. Era mi trabajo. Los visitantes del parque ya podían disfrutar de la estatua de San Martín.
BORRACHO
Bebió una, luego otra y otra más. Sin detenerse a paladear su sabor. Su sed era de las que no se calman. Y se embriagó de palabras.