La mesa
se mueve de un lado al otro sin sentido
camina por las paredes el televisor
dan vueltas en círculos los cubiertos
las cucharas a la cabeza
los tenedores en la retaguardia
los cuchillos de generales
las sillas ya no están
fueron las primeras en huir
los veladores las siguieron
y hasta el fuentón de la ropa se avergüenza de existir
este apocalipsis doméstico y extravagante
doloroso hasta en las muelas
me dice que ya no estás
y que nada más volverá a ser igual
que hasta el más mínimo detalle
ha perdido su sentido
y que pedirle cordura a los muebles que te extrañan hasta el suicidio
es un acto de estupidez declarado
yo
como todo lo demás
perdí mi sitio
mi función
tendré que andar en reversa el camino de los aprendido
des-andarme hasta la sombra
para entender
no que no estás
que la muerte es una forma siniestra de la suerte
y que esa lotería
mal que nos pese
nos toca a todos algún día.
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