Como los griegos
creo que el sueño
es hermano de la muerte,
y que nacer cada mañana
es –también- no nacer
nunca.
Busco las palabras
que me nombren,
y en vez de eso
solo alcanzo
el silencio.
Río, temo, amo,
sueño, lloro, gozo
con la melancolía
a cuestas.
Como una amante
sincera
Ella
-la melancolía-
no promete ni jura,
porque sabe que decir y jurar
es en vano.
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