Nunca seremos más
bellos que ahora.
Nunca más jóvenes
que hoy.
Un día partiremos
y no volveremos
a vernos,
ni a beber de
este vino,
ni a besarnos.
Solo nos queda
el espectáculo
de lo efímero,
la necedad
de creer que
vivimos
y morimos
con algún sentido,
por una razón,
pero la verdad
-hay que decirla-
es que no hay
Nada.
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