Abrir la ventana
Hundirse
en este sonido átono,
en este cautiverio
que a sí mismo se devora.
Tragar
este día solar
con el vértigo
de una pupila abierta.
***
Aguijones
Somos
el aguijón
que sacrifica el cuerpo
por el instante
del ataque
o la defensa.
Una ronda boquiabierta,
la boca del día
comiéndose el reloj
comiéndose el reloj
metida hacia adentro.
Somos
una bandera blanca
huérfana bajo la lluvia.
***
Doble negación
No,
no es la condición ni el problema.
No es la expectativa
la posibilidad
el sacrificio,
es el grito que dejaste
adentro atrapado.
No,
no es la condena el conflicto
el dolor la angustia
la soledad la infancia
ni el desasosiego,
es la palabra que no fue
este espanto de levadura
inenarrable.
No es la sangre
el abandono la culpa
o el amor que nos faltó a todos:
es el grito que no dejaste
es que nadie merece el silencio.
***
El nido
No me gusta pensar
que nos gusta soldarnos la urgencia
contra la luz de los buenos días.
Me gusta sentir que podemos
correr en patas la noche o la infancia,
que podemos tapar con el dedo
cada agujero de la luna o cada palabra
que nos dijeron cuando no nos permitieron soñar.
Me gusta pensar que por un rato
la lluvia intentó calmarnos
para que no nos volvamos tan locos,
pensar que al final paramos cuando vimos el final.
Me gusta pensar que la música en la ventana
no es quien viene a salvarnos,
sino un pájaro perdido
que vuelve para que lo salvemos.
Me gusta pensar que se puede parar el tiempo
para construirle un devenir histórico
a las cosas hermosas que vimos en este mundo
y que ahora
ya no podemos olvidar.
***
El escondite
No conozco ni un pájaro que no
se haya escapado de mi pecho,
que no se haya escondido
cuando grité tu nombre,
que no se haya ahogado
cuando quiso
calmar esta sed que llevo.
Estoy tan triste
que podría mirarte
solo por última vez
para acariciarte la espalda
con el poema microcefálico
cabeza de jíbaro - cerebro de punzón
y ahí dejar mi espíritu
de pajarito bobo en jaulita de aire,
mientras un niño
me besa el ombligo
y me pide que lo salve.
***
Revelación
La piedra que tiré al río
rompió el fragmento,
el irascible sonido
de la música
me dijo “mi amor”
y el miedo que me metí
a golpes en el desayuno
ya no muerde.
Ese es un poco mi calvario.
***
Bienvenidos al tren
Deberíamos irnos
inmediatamente de acá
hartos de tanto
cuerpo a tierra
como un pájaro
que quiere volar muy lejos
pero en un acto heroico
después de la herida infalible.
Deberíamos irnos,
tragarnos nuestra identidad y nuestro pasaporte,
acomodarnos
en cualquier mapa
imperturbablemente solos,
ser una mueca absurda
de lo que fue lenguaje
nuestro bestial lenguaje.
Deberíamos irnos
inmediatamente de acá
pero nadie puede
abandonar el tren.
***
Es urgente
Es urgente
una porción de lucha
en la garganta,
una ausencia
que enseñe la densidad del vacío.
Es urgente el pibe vivo
intacto en la mirada,
ese amigo
en el momento justo
de la lluvia para llorar.
Es urgente ganar el pan a contramano
con el amanecer y el mameluco,
con la estrella que le ganó a la noche
en el baldío.
Es urgente
ahora que puedo,
torrencial,
apretarte en mi interior
como una huella digital.
Es urgente
tocarte las manos y los ojos
como una corteza abierta
y andar por ahí sin más...
derramándote mi vida.
***
MARIELA ALEJANDRA PALERMO
Nació en Pilar, Buenos Aires, en 1985. Es profesora de Lengua y Literatura, técnica en Corrección de Textos y cursó una Maestría en Literatura Argentina (U.N.R). Participó desde muy joven en talleres de alfabetización barrial, revistas de difusión cultural y dictó clases en contextos de encierro. Su obra poética y narrativa integra decenas de antologías. Fue premiada en concursos a nivel provincial, nacional e internacional. Publicó Ebrios de Libertad (2006), Versos en vértigo (2017), 50 poemas de bar (2020) y Un grito cualquiera (2024). Es investigadora, docente y da talleres de Escritura Creativa. Prologa y corrige freelance.Contacto: https://linktr.ee/marielapalermo
Instagram: marietta_pal
No hay comentarios:
Publicar un comentario