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PABLO QUERALT

 

Yo me senté en el sillón en la casa de Monet y bebí de su vino, sus flores las peonías las hortensias era allí en Giverny o no sé que lugar pero era mi lugar en el mundo yo que nunca pinté un cuadro pero si pinté poemas donde estaba ella pero quién era ella un amor contrariado que tuve o un amor que nunca tuve y me dijo pero eras vos 

el que me escribías las cartas y yo le dije si, era yo y seguí mirando las estrellas.   

***


En el living de casa tengo un caballo 

de calesita que me hace acordar 

cuando de niño iba al parque Lezama

y daba vueltas para sacar la sortija 

en la calesita y siempre estaba el señor 

que iba con su gato que se creía perro a tomar un café

después mi padre me llevaba al bar El Británico 

a tomar un chocolate caliente con churros

en esa atmósfera de magia y misterio 

de los Domingos por la mañana crecí era 

como un libro para niños una novela de las abuelas 

o una canción que no aprendí. 

***


Quien vivirá ahora en la casa que vivi que pensaba sentía 

donde habrá quedado todo eso en cual pared en que escalón de la escalera 

cuantos silencios entran en ese compas ahora 

que voy andando en bici sin manos.

***


No tenías una casa hasta que deslizaste unos pasos por la galería 

como una narración japonesa veías todas las tragedias y comedias juntas 

la ópera real donde se unían los mundos en el sol de una nueva galaxia 

abandonando el frente de una época un destino 

bajo la batuta del maestro de música que archiva el pasado 

y crea la nueva sensación.      

***


Canta la casa su misterio somos visitados por la voz de la infancia y su silencio 

en la lenta melopea gime sin cesar su sonata 


resucita los colores blanquea el blanco más blanco antes que todo se apague 

guardo ese instante cuando el sol deja el jardín 

los libros en posición de firmes los abro uno a uno

en su llanura de pradera difunde lo nuevo 

el universo que está vivo en su repique. 


Cruje la casa despoja su verdad con frases en una melodía que cambia el ritmo 

del corazón es un destello irresistible para el alma su ruido es el del trueno 

salpica como el pasado.

***


Estar solo es esto no poder hablar de esto que pasa 

con mis amigos que ya no están.

Es que no puedo salir de ese tiempo estación de cuando comía 

todo el mundo a toda velocidad porque había que estar en otro lugar 

porque no había que ponerse atrás de una mula

-porque te puede patear y aunque no descanses lo suficiente

podes ser feliz-sumergido en esa luz que brilla bajo la superficie 

de cuando se fue mi último amigo mi documento es ese

lo enfrento aun sin querer es todo eso que se desparramó en mí 

y que descansa en la fuerza de mis brazos. 

***


Como decía la tía las palabras nunca se quedan en el lugar 

donde las pones ellas se van por ahí con cualquiera 

a cualquier lugar siguiendo tras pisada tras pisado lejos  

donde la música las inunda para ver como el mundo toma sus 

senderos las veíamos desde un rincón del living horas del día

hasta el parpado de la noche donde uno se esconde para no ver 

que había otros caminando en el fondo de nosotros 

donde se reunían en libertad y persecución invadiendo la casa

y el sueño.

***


La infancia es un ancla una cámara de fotos que los escritores usan 

la salida de la matrix una luz implicándose en el holograma que somos 

dándole sentido al existir estoy entre este cielo azul rojizo esperando 

la salida de las estrellas entenderemos finalmente la métrica del mundo 

que nos toca y podremos ver más allá de las sombras del miedo 

podremos ser diferentes despegarnos de la caverna 

porque nos atrevimos a ir y en un punto vimos la luz 

que pone en equilibrio los hemisferios.   

***


Un café con leche y medialunas es todo lo que espero de este invierno de piedra 

que llevo reflejo de este tiempo como un espejo cansado de llevar siempre 

la misma cabeza 

y mientras me acomodo confieso mis incongruencias lo cruel que uno puede ser 

con uno mismo cuando un país es la extensión 

de todas las crueldades incongruencias de las que estamos malhechos.

***


De donde vienen esos puntos que forman las emociones con sus lluvias atardeceres insensatas intimas como mis amigos que nunca vinieron a mi casa que nunca leyeron 

mis poemas cuando fui una persona distinta a la que yo era porque hay una parte 

que nunca conoces y nunca conocerás y quien sabe que dios sabrá de ella.

***


No hay mejor cosa que perder cosas perderse uno perder cada lápiz cada hoja 

cada tren autobús amigos para fluir sin pasado ni futuro ni ciudad solo bajo el sol 

y las nubes y lo que aparezca hasta perder la memoria y el alma el cuerpo 

lenta lentamente suave suavemente como cuando meditas.

***


Porque hay cosas que se hacen y no se escriben 

porque yo tenía un amigo que siempre se reía 

y nunca le agradecí la felicidad que traía 

porque no volver al principio porque no está bueno 

repetir todos los días lo mismo porque lo escrito

se paga con las palabras que allí se posan

para visitar recuerdos al menos una vez cada tanto

hacer el viaje encontrarnos escritos

aunque sea en el poema de otro.

***


Un mundo que existe para unos ojos que existen 

así andamos por debajo del misterio y las palabras 

que nos engañan que nos dicen la verdad del secreto 

las leyes de la infancia que toda infancia tiene su madre 

y su patio donde un pibe amó a una piba donde

el corazón descarrila en su borrachera amorosa

que el repertorio deja acá en la orilla. 

***


Nada fue hecho para mi entendimiento y lo que se coló fueron sus palabras 

las que me destruyeron ya nunca pude recomponerme 60 años después 

y aunque vuelva en la memoria todo esta como siempre en ese barullo 

de cuando cerré la puerta al salir. 

***


En el agua me siento tan bien porque es el corazón de la metamorfosis 

el gran solvente donde nadar de foto en foto eso es viajar 

la alianza con todo lo que relanza la vida y no somos dueños de nada 

y conservamos la memoria de todo vencer la gravedad 

la belleza necesaria y vital. 


*Poemas inéditos de un próximo libro. Pablo Queralt.

 

*** 


PABLO QUERALT

Es médico y poeta nacido en Buenos aires donde reside. Es curador de poesía y organizador del Ciclo de Poesía en la Biblioteca en San isidro y creador y curador del Festival de Poesía de San isidro, fue colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y diario punto uno de Salta, en el diario digital Jujuy al momento, en la revista digital merece una reseña y administra yvespoetryclub. blogspot.com. Publicó los libros de poesía : en España :Coca( Zaragoza, España), La piscina( Palma de Mallorca, España), Biosfera del amateur (Oviedo, España), y en Buenos aires : Cansancio de lo escrito, Un seductor mañana, La flecha de Agustín, Primer paso, Reescritos infinitos, Pueblo de agua, Crack, Escribí mi nombre, Late, 89Golpes y un whisky, El Padre, Pájaros en palabras, Pavarotti, Laleblan, aves del paraíso (Toulouse Francia), Poema de la nieve, Jazz, Perfume animal, Cocineros, Ser y ser visto, Nací en el cine, Ópera, Partes de la escena. Raros sentidos, su Obra Reunida 2001/21 y Mi casa siempre fue la poesía. Sus poemas integran la antología Federal de poetas de la provincia de Buenos aires. Tradujó a Yves Bonnefoy, a Alice Oswald, a Thomas Hardy, a D.H.Lawrence, a Amy Lowell, Christophe Mannon, Charles Reznikoff y a Thom Gunn. 


Reseña: "Linfa rara è la lacrima di una cicala”de Antonella Alfano

“Linfa rara è la lacrima di una cicala”de Antonella Alfano (Eretica Edizioni, 2025, 84 pág) se inspira en el arquetipo poético para representar, mediante una visión teatral y simbólica, la adivinación arcana de la existencia, el significado terapéutico de las palabras y la mágica conjunción entre la intuición y la razón a lo largo del camino iniciático de la vida. Antonella Alfano recorre el conocimiento y la experiencia en torno al aura brillante capaz de iluminar su camino, intersecta el vínculo comunicativo entre el ser humano y su inconsciente, profundiza en el miedo y la ansiedad, y se mira en el espejo del alma, reflexionando sobre el complejo e intenso viaje del descubrimiento y el crecimiento personal.

El libro, compuesto por poemas seductores e ilustraciones hipnóticas, encapsula el poder evocador y carismático de la inspiración. Traza, dentro de la huella imaginativa de un magnífico contexto expresivo, el camino de una introspección desprendida de las reacciones internas atormentadas. Profundiza en la conciencia magnética, inescrutable y secreta de la poeta, describiendo el enfoque lírico y emocional de sus pronunciamientos estilísticos, centrándose, en la naturaleza alegórica de la evocación elegíaca, en la dimensión profética de una cosmovisión que combina la esencia de lo sobrenatural con la característica humana. La autora aprovecha este milagroso instrumento poético para dar forma y contenido a proyecciones metafóricas, emblemas de una obra literaria original que expone el elemento figurativo y la motivación literal de las sensaciones, impulsando las prodigiosas direcciones de la iluminación lingüística itinerante, sellada por la maestría de sus pasajes personales entre Italia y Francia, testigos de sus reflexiones e investigaciones sobre la humanidad.

La documentación dramática, intelectual y mística de los versos refuerza la premonición de lo transitorio, expresando la mutabilidad de los acontecimientos y la evidencia palpable del pensamiento, nutrido por el uso encantador del asombro. Antonella Alfano crea un aspecto escenográfico inmersivo en sus páginas, creando el efecto de una lectura performativa, donde la mirada de una solemne y oscura previsión interior se posa en el temblor del corazón y la percepción del desánimo existencial, en la agitación del amor y la tensión de la muerte, en la provocación de las relaciones y la amargura del abandono, en la búsqueda del entusiasmo y el impulso de las pasiones. La poesía de Antonella Alfano se nutre del principio de la imaginación como exhortación a la realidad, guiada por la interacción silenciosa e insinuante entre la evolución personal y el compromiso con el otro.

Un libro que escenifica el lugar de una personificación individual como reproducción universal de las correspondencias humanas, relaciona el ideal intangible de la sensibilidad, genera la atmósfera visual de las correspondencias y compone una forma original y cabalística de rendir homenaje al universo clásico del poeta y a la tradición de su fiel musa. Antonella Alfano justifica la adaptabilidad del tiempo en la perspectiva de la limitación, en el detalle evanescente de la soledad, en la dolorosa desolación de un camino errante hacia el recuerdo de una invitación primitiva, antigua y mitológica, donde el vertiginoso recorrido de los poemas trasciende la capacidad sensorial para experimentar y satisfacer la confiada textura de la libertad artística.

Rita Bompadre - Centro de Lectura Arturo Piatti 

CLAUDIO ARCHUBI


Plegaria de Bruno en la hoguera

A Lucas Margarit


Oh Maestro Telesio: Rerum natura est infinitum.

Respiramos: hay un pedazo de cielo bien adentro, circulando en nuestro cuerpo. Así flotamos en el interior, de los pies a la cabeza. 

¿Va el pensamiento en nuestra sangre, con su pedazo de cielo va, entre tu respiración y la mía, como van las palabras por el aire, entre infinitos mundos, con sus nubes adentro, con su silencio alrededor?

¿Sabías que no hay palabras en el espacio, pero tampoco vacío? 

¿Sabías que el vacío es atravesado por cosas intocables que ningún cuerpo resiste?

Rerum natura est perpetuum mobile. 

¿Mi muerte estará vacía? ¿Te atravesará como una de esas cosas?

¿A quién atravesará tu muerte? ¿Se cruzará alguna vez con la mía?

¿Respirarán juntas en una misma boca que las diga, como una nota al pie del gastado cuaderno de la Nada?

Hice tanto ruido, Gran Inquisidor, que decidiste acostarme como niño en el lecho del olvido. Pero, ¿cuántos pájaros aletean cuando muere un alma libre?

Oh Gran Padre de la Muerte. Corrí el manto del cielo que nos cubría, oh Padre de la Época. Y encontré ideas más peligrosas que la muerte, porque de ellas, ni siquiera por la memoria se puede volver. 

Mi sacrificio es necesario: toda llaga es una rosa. 

Rerum natura est accidentia: florece la muerte y florece el espíritu.

Ahora cuando las llamas me envuelvan, me soñaré en el centro del Mundo danzando desnudo, repleto de cielo, brillaré en la noche, me diseminaré por el aire, atravesaré los cuerpos, tocaré el futuro. 

Y estaré en la boca de todos con mi amorosa peste.


***


El gran Padre de la física está ciego, pero sigue soñando el sol


Mensajero sideral*, la tierra no te era suficiente.

Robaste el lenguaje de Dios: la matemática. 

Y con álgebras y geometrías fabricaste ese instrumento para rasgar el cielo. 

Y con tu garra en alto apuntaste a la inmensidad.

Así viste lo que Bruno imaginó:

Planetas girando alrededor de otros, montañas en el espacio, estrellas como soles escondidos tras vastas nubes de apariencias. 

Igual que Bruno pellizcaste a Dios con la uña de tu mente. Y eso dolió.

Ah, cómo le dolió a Dios tu atrevimiento.

Por eso te mostró su manchado sol, como una trampa.

Pero tu ojo herido no quiso morir. 

Siguió escarbando en la tierra y en el imperfecto cielo, escarbando en la víscera de Dios para mostrarle al mundo sus turbios tesoros.

Así Dios se llevó a tu hija más querida.

Pero no te detuviste.

Incrementó tu reuma y tu ceguera. 

Pero tú seguías soñando el sol.

Y cuando envió a sus lacayos para silenciarte, fue demasiado tarde.

Habíamos bebido de la rasgada herida del cielo su bello veneno: para ver más allá, siempre más allá.

Entonces Dios se desplazó, un paso atrás y otro y otro, hasta el fondo de los abismos. 

Vencido, nos concedió la soledad.


*Breve tratado de Galileo que describe las observaciones telescópicas y pone en jaque el modelo aristotélico del cosmos.


***


Newton sueña con el templo de Salomón


Soñaste que tu reflejo se balanceaba en las aguas del templo, delante del reflejo del cielo. 

Atravesaste los años, como un cuerpo que cae por las siete ramas del conocimiento, de la última flor a la más íntima raíz, buscando la semilla.

Cayendo de hoja en hoja, de ley en ley.

De año en año, inclinándose entre las aguas de arriba y las de abajo, por la puerta de las ovejas, entre la carga de una idea y otra, se balanceaba la pesa de tu alma. 

Fuiste del número a la soledad, de la soledad a la llameante fuente.

Balanceándose fue secándose tu corazón, como una hoja que intenta abarcar el sol, y cuando lo tiene adentro es demasiado tarde. 

Y sueña con inundaciones; donde toda caída es más suave rodeada por el agua de la vida. 

Por cada ley abriste una puerta, tocando las palancas del cosmos, gritando: Eureka.

Pero el mundo era una máquina rota, una máquina incesante y rota: girando en falso, crujidos, ecos, ruinas, y el gemido lejano del amor.

Avanzabas por tu vida como por el Templo, mientras se alargaba tu sombra.

Del muro al atrio y del atrio al lavacro, donde tu cara yacía rodeada de cielo.

¿Pero dónde estaba tu corazón?

Lejos, muy lejos, en lo profundo del tabernáculo, ahí donde por afuera giraban las emociones como planetas, y donde por adentro cruzaba el hálito de la Diosa. 

Donde te esperaba como un paciente asesino la belleza. 


***


CLAUDIO ARCHUBI

(Mar del Plata, Argentina, 1971). Doctor en Física e investigador de CONICET. Actualmente trabaja en el IAFE (Instituto de Astronomía y Física del Espacio). Colabora con revistas literarias del país y del exterior. Ha participado en varios festivales internacionales de poesía (en Argentina, México y Perú). Mención única de honor en el concurso de poesía de la editorial Ruinas Circulares 2012 y menciones en cuento y poesía 2014. Segundo premio de poesía del Concurso de Letras 2019 del Fondo Nacional de las Artes, segundo premio en el Concurso Nacional de Poesía Victoria Ocampo 2021, finalista en el Premio de Poesía Ciudad de Salamanca 2021 y mención de honor en el Concurso de Poesía Vuelo de Quimera 2022. Textos suyos han sido traducidos al portugués, al inglés, al árabe y al montenegrino. Su libro La casa sin sombra ha sido seleccionado, traducido al inglés y publicado en la antología bilingüe: África vs Latinoamérica. Escritura experimental (Langaa RPCIG, Camerún, 2017). Textos suyos traducidos al árabe integran una antología de poesía argentina publicada en 2022 en Emiratos Árabes. Publicó La forma del agua (cuentos, ed. de la Universidad de La Plata, 2010), Siete maneras de decir tristeza (poemas en prosa, Lima, 2011), Sísifo en el Norte (poemas en prosa, ed. Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2012), La casa sin sombra (poema en prosa, Buenos Aires, 2014), la ciudad vacía (ed. Trópico Sur, Uruguay, 2015), La Máquina de las alegorías (poemas en prosa, ed. Buenos Aires Poetry, Buenos Aires, 2016), Arca rota jardín de nadie (ed. Valparaíso, España, 2018), Cielo al revés (Metafísica de la imagen de “Teresa” soñando el Sur) (ed. La primera vértebra, Buenos Aires, 2020), Hermana, jardín, espina (ed. Detodoslosmares, Córdoba, 2023) y La cena de las Cenizas (ed. La Primera Vértebra, Buenos Aires, 2025).  


PEDRO GIRALDO SÁNCHEZ

 

I


Prescindiste de la eternidad

por los acertijos

que buscan la piel tejida

por el tiempo,

a encontrar en tu pecho

la semilla de un jardín

regada por las lágrimas

de la noche.

Decidiste escribir

en los pétalos del girasol

las historias

que se esconden bajo las piedras,

lugar donde nacen nuestras sombras.

Te desnudaste

bajo los ojos abiertos de la noche

y la penumbra te descubrió en un espejo

en un cuarto olvidado por los dioses.


***


XVI


¿Quién habita esta soledad

en la que el árbol presiente su muerte

y los pájaros vuelan a las estrellas?

¿Quién sopesa la angustia de las ramas

al enfrentarse a una noche sin cielo

o al aullido del lobo

que sabe leer las partituras del viento?

¿Quién visita la habitación del tiempo

donde se encuentra tu cuerpo desnudo

entre los despojos de la fugaz caligrafía

que inútilmente hace crecer mis manos

para acariciar su sombra?

A través de la ventana

el árbol habita los recuerdos

guiado por los pájaros que construyen la mañana

para heredarnos su canto y la libertad del vuelo.


***


XXI


[...]En las montañas, entre los árboles más jóvenes,

/allí lo haremos. Cuando caiga la noche /y la luna de plata

cante sobre la cerca caída, lo haremos.

Jader Rivera Monje


Creo en tu cuerpo que bebe la luz

engendrada en la memoria.

Creo en el refugio de una antigua aldea

en la que sus calles humedecidas

abrigan al ave que crece en silencio.

Creo en otro cielo

en el que brota la amapola,

y su olor guía a la mariposa

que no teme despertar un jardín

adormecido.

Creo en la palabra

que se escapa

de la mirada triste de la muerte

para disipar las sombras

del lugar en el que tu cuerpo

cumple la promesa.


***


XXV


Buscarte en el espejo,

intentar descifrar

en tu rostro los ojos del tiempo.

Aprender a escuchar las palabras

que mueren en tu garganta,

a tocar tu reflejo mientras los cisnes

sobrevuelan el silencio,

a escapar de las ruinas de un lago

que se reconstruye cada mañana.

Quise descubrir el olor del atardecer

de un mundo que desaparece

en la comisura de tus labios.


***


XXXI


Esa ya no es su casa/sino los altos muros de su tumba. 

Hernán Vargascarreño


Escucho el tiempo

entregarme las estrellas

y convertir en óleos su luz.

Vigilo el caer de la luna

que seducida por el abismo

se desprende de la memoria

y cae en mis manos.

Le quito la oscuridad a la noche

y en ella pinto los pájaros

que alimentados con mis recuerdos

se posan en el viento.


***


III


Tu cuerpo cansado

de caminar en el desierto

se embriaga con un vino hecho del río

donde las piedras lloran en silencio

y le arrebatas el vacío y su misterio

para reconstruir tu rostro.


En la oscuridad dibujas el cielo,

haces tuyo el bosque en el que dios soñaba

la creación del universo.

Ahora, tu cuerpo desnudo

renace en la geometría del viento

para negar el abismo. 

***


VI


Tus ojos, cavernas donde nacen

las raíces interminables del viento,

encuentran en las flores un dolor

que se levanta de un jardín

resquebrajado dentro de tu cuerpo.

Escribes las ruinas de la noche

y una luz te muestra los senderos

de la memoria.

Tú cantas y un ave entierra el fruto

que te conduce al destierro.

Arrullas al tiempo para detener su caminar

frente a los amantes que se entregan

donde la muerte ve su reflejo.

***


VII


Estas montañas tejen el cielo

ocultando en las estrellas

los secretos de las piedras.

A lo lejos, un árbol llora al ver

un ave enfrentarse a su primer vuelo.

Ahora, los montes callan

mientras entregan la muerte del sol

para poder escuchar el canto revelador

de una casa abandonada.

El viento trae el olor ancestral de tu cuerpo,

heredado de la fragancia que trajo

la desnudez un ángel, y sobre tu piel

veo florecer la mañana

que se niega a mirar la casa vacía.

***


XVIII


El árbol sueña

con las manos del carpintero,

le entrega su piel

en el otoño estéril de la memoria.

El árbol cierra los ojos

cuando el cincel

talla sus labios.

Un frío invade sus huesos

al descubrirse siendo puerta

en el baúl donde mi sombra

teje una trampa para la muerte.

***


XXVIII


El viento vigila la casa del ave

que con sus alas abiertas espera la noche;

su canto es alimento para las hojas

que aguardan el nacimiento del árbol.

Entre sus huesos lleva la soledad

heredada de la semilla del tiempo.

El ave en vano busca descanso en el árbol

donde los amantes encontraron

el origen del silencio.

***


XXX


Si te miras al espejo

sentirás las lágrimas de las flores

que se marchitan en lugar de tus ojos;

escucharás la súplica de los árboles

que envejecidos entregan sus frutos

para alimentar tus labios.

Oirás el aletear de los pájaros

que con sus cantos incuban el tiempo

en los pliegues de tus párpados.


Si te miras al espejo,

vuelve al olvido y trae de allí

el marco que sostiene tu rostro.

***


PEDRO GIRALDO SÁNCHEZ

Normalista Superior de la Escuela Normal Superior de Villahermosa (2014). Licenciado en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima (2020). Integrante del Grupo de Investigación en Literatura del Tolima adscrito a la Universidad del Tolima y docente de tiempo completo de la I.E.T. General José Joaquín García Sede La Cristalina de Casabianca. Ganador del Concurso de Poesía Ibagué Literaria (2022) y mención en el IV Premio Nacional Plenilunio de Poesía Leopoldo de Quevedo y Monroy (2023), es autor de los libros La melodía de la espera (2022) y La vigilia del viento (2024) publicados en Ediciones Exilio, coautor del libro La escuela total(2015) de la Editorial Universidad de Ibagué y Tres temas de la novela colombiana contemporánea (2023) Editorial Universidad del Tolima. Poemas suyos han sido traducidos al italiano y al rumano.

MARÍA VICTORIA FABRE


ÚLTIMAS LUCIÉRNAGAS


Un paso, otro más,

su brazo me eleva

juntos subimos

y se desgranan

trocitos de vidrio de color

Escalamos la montaña

con el primo,

es nuestro juego peligroso.

Frente a Cattorini,

la fábrica de botellas,

cada paso un pequeño

desmoronamiento,

una cascada de chispas

y un sonido rasposo.

Cada desliz nos alienta

a seguir subiendo,

manteniendo

el complicado equilibrio

para no caer, no sea

que se rasgue

el jean en las rodillas,

que se abra la herida

que delate

que estuvimos ahí

solos.

Luis, el de los ojos celestes

se fue joven,

una seguidilla de desgracias

familiares terminó

en su muerte

y así se fue perdiendo

el lazo con la familia materna.

Sė muy vagamente

que quedaron unas primas

medio ciegas, hijas de otro tío,

enfermas de la vista

-por estar con los malditos gatos -

decía mi abuela.

Pero en el barrio con Luis

yo era toda mirada,

toda exploración

¿Qué vieron sus ojos

tan claros y tímidos

que a veces me esquivaban

y recordaban- somos primos-

cómo si el peligro de la fábrica

fuera otro, más oscuro

y prohibido que un jean desgarrado.

¿Qué habrá visto esa noche

del parabrisas estallado,

del toque impensado del destino

de la mala suerte que a él le llegó

como a los otros?

¿Qué imágenes le trajo la memoria

ese taquistoscopio que cuentan

hacen circular la vida Toda.

En su final ¿habré estado?

Hoy pienso en los miles

de colores, texturas, sonidos, voces,

nombres que componen la memoria.

Del barrio de la fábrica

me quedan las calles y el olor

a tierra húmeda

la fritura constante de la comida

que hacía mi tía para los obreros

la zanja en la puerta, oscura,

las ranas, las luciérnagas,

la parra y su enramada

en la claridad del verano

y entre sus hojas

un azul celeste

que me inunda.

***


IMPRESIÓN, SOL NACIENTE


No es el continuo de la luz

que marca la academia,

rimando en la paleta

perspectiva y matices.

Es hora de abrevar color

del hueso o el azufre,

del verde de tu olivo,

hacer cerúleo el mar, retazos

de mundo a dentelladas

que suelta el pincel

en tu retina.

***


UNA IMAGEN DE DURERO


Sé que el fauno

no recorre el bosque

lascivo

ni liviano.

Espera

el abrigo verdadero

para sentarse a ver

la luna

en ella misma.

***


MARÍA VICTORIA FABRE

(1968, Argentina). En su poesía destaca el interés por las relaciones entre Psicoanálisis y Arte. Publica sus notas en el blog: “El eco de Psique: Arte, Literatura y Psicoanálisis”.

Ha realizado colaboraciones en poesía para la Revista Monolito . Mención de honor en Poesía en el Concurso Literario Nacional «Paco Urondo», 2015. Colaboró en los géneros de cuento y ensayo para la Revista Jus Digital. Publicó ensayos breves sobre temáticas ligadas al ejercicio de la psicología en compilaciones realizadas por la Editorial Letra Viva. Publicaciòn conjunta en Diálogos poéticos con Beatriz Fiotto y Laura Rivera. Editorial Elipsis. Rosario 2016. Participó de la antología “Toda poesía es hostil al anarco capitalismo” Es psicoanalista y docente de Psicología en CBC UBA.

ADRIÁN DARÍO ARÉVALO

 

ABATIDA


Absorta, 

divaga en pensamientos.


Reposa su mirada hacia la nada,

inmersa en su universo;

y siente.


Transita el duelo de un pesar 

que calla eternamente,

desnudándose hacia adentro,

escondiendo sus heridas,

buscando respuestas.


Aislada, recrea lo trascendental de su existencia,

el sutil pálpito de su conciencia. 


A pesar del vuelo del pájaro, 

lo mortal no borra la ausencia;

y aun cuando las heridas sanan,

algunas quedan sumidas en el llanto,

el desconsuelo de un brote;

o en una mirada 

perdida para siempre.


***

                                                                       

EL DESIERTO


Por las noches, solo quiero evadirme.

Me abrazo a una botella

que suelto en el profundo mar de mis pensamientos,

y por un instante, soy libre.

La gente inaudita

pesa más que toneladas de sueños.

Siento que cedo

ante el desierto de sensaciones que me abruman,

solo por las noches,

a la vez que mi retórica solo expresa mi sentir.

***

                                       

EL HIJO DE BORGES


De chico lo llamaba el señor del bastón, el señor del traje gris, o el señor de la mirada perdida.

De chico lo vi en mis sueños, por haberlo visto en tantos reportajes, en tantos documentales.

En mi casa, la cultura era la televisión en blanco y negro, el diario de los domingos y algún que otro libro suelto, desperdigado por ahí.

Pero a mí, me atraía lo que ese señor decía.

No le entendía mucho, pero sí a su mirada que miraba siempre al sur, como tímida.

De chico no preguntaba, porque en mi casa preguntar era una ofensa. Yo era un niño y, ¿cómo un niño va a andar preguntando cosas?

El miedo era un descontento, pero eso es para otro cuento.

Mi intriga era: ¿De qué hablaba el señor que hablaba lento, casi repitiendo palabras, encimando los dialectos?

Ese señor que no era otro, que un señor, que yo no conocía.

Fui creciendo y con mi crecimiento, mi conocimiento se hizo carne, pero le restaba importancia.

Dos acontecimientos marcaron mi vida de infante: La primera fue el día que me retiraron del colegio, porque “El General había muerto”; así le llamaban.

Y la segunda ya de grande, cuando murió el señor del traje gris. De grande tampoco preguntaba.

No es que me había acostumbrado, sino que buscaba mis propias respuestas, a mis interrogantes.

Y un día encontré ese libro, que en mi casa cuando niño daba vueltas. Se titulaba “El Aleph”.

Y empecé a leer, a nutrirme, a imaginar.

Recorrí su vida, sus obras, sus anécdotas, como lo hice con tantos escritores, muchos de ellos interesantes, otros sobresalientes, pero la conexión que tenía con el maestro siempre fue otra, y él seguía apare- ciéndose en sueños.

Comencé a escribir ya de grande, y no paré.

Sentí que él me guiaba, como si me dictara las palabras.

Había palabras que ni siquiera sabía de su existencia, que nunca había escuchado, pero las ponía en mis escritos, y encajaban como en un rompecabezas, hecho a mi medida.

De a poco mi escritura fue puliéndose, como un arte, que partía de lo rústico a lo agraciado.

Una escritura compleja, dura por momentos, pero sentida siempre. Y siempre el maestro estaba a mi lado, observando mi escritura con su mirada tiesa, con su mirada perdida, tal como lo veía cuando era un pibe. Si hasta vi que señalaba mis páginas, como corrigiendo mis errores.

Sentí que me dictaba, y me enseñaba. Me decía lee a tal, es interesante.

No mires televisión, perded el tiempo en otra cosa.

Mira el cielo, observa los pájaros; yo no puedo; hace rato que no puedo, y ya no podré, pero los veo, desde otro ángulo, claro, desde el ángulo de mi imaginación y esa es la mirada más bella, hijo. (Me susurró al oído).

Y seguí sus consejos.

Empecé leyendo “El quijote”, seguí por los poemas homéricos tal como él me lo dijo. Después seguí por Kafka, Wolf, Cortázar, Sábato, Bioy Casares, García Márquez y tantos otros.

Hasta que desperté del sueño, y me asomé esa mañana a mi ventana, amaneciendo, y vi, con mi mirada perdida, que él me despedía hacia el cielo, estirando su mano como “La creación”, del cuadro de Miguel Ángel, diciéndome:

Yo siempre tuve el deseo de ser el hombre invisible, pero no he podido”.

***


EL MAS ALLÁ


Solo sentía olor a muerte.

El desdén era solo el arquetipo de una mente que acababa siendo el lado triste de una vida de penurias.

La noche sabía que iba a someterlo a una sentencia previa y sin juicio.

Las lágrimas eran parte de su piel, así como lo era su sangre, que recorría el torrente de un camino sin retorno.

La retórica se hallaba a la vuelta de la esquina, cruel, injusta.

Quiso remar en su pantanoso mar de dudas, mientras los cuervos revoloteaban a su alrededor.

Ya no había tiempo, ellos venían a llevarlo.

***

                                                      

LA PRESENTACIÓN


El escritor presentaba su libro en la editorial, la venta fue un éxito; había vendido y firmado innumerables libros. Al salir a buscar su auto, se lo había llegado la grúa.  

El acarreo y la multa le costaron el doble en pesos de lo que él había vendido en libros.

***


SOBREMESA


Mientras Jorge Luis Borges le objetaba a Pablo Neruda la melosidad de su nuevo poema, Charles Bukowsky trataba de convencer a Julio Cortázar de que comparta su habano. 

Don Julio solo le convidó la pitada final. 

Neruda en tanto huía hacia “El Aleph”.

***


ADRIÁN DARÍO ARÉVALO 

Es un autor y poeta argentino, nombrado Embajador del idioma español en el mundo por la Fundación César Egido Serrano y el Museo de la Palabra (España, 2018). Participó en las ediciones 2021 y 2022 del libro Un libro por la paz, y en más de 30 antologías de Editorial Dunken, Fundación Cathedra, SADE Mercedes, entre otras. Participó en ferias virtuales del libro de Perú, Sudáfrica, Italia, México, Tumbes (Perú/Ecuador), España, Panamá, Inglaterra, Uruguay, EE.UU., Portugal, Brasil y Argentina.

Desde 2021 presentó sus libros en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Es fundador del grupo “Expresión Literaria Argentina”, con el que lee sus obras en bares notables de CABA. Escribe poesía libre en vivo, inspirada en obras de artistas plásticos, y colabora como columnista y entrevistador cultural en la Revista Internacional Red de Arte (sede Argentina), difundiendo la voz de otros creadores.

Algunos de sus libros publicados son:

- ¿Dónde estás, Thomás? Un cuento fantástico y otros… (2022)

-Pinceladas de palabras. volumen 1 (2022)

-Yo escribo (2023)

-Corazones rotos (2024)                                                        

CECILIA PONTORNO

 

Cuervos


Acomoda delicadamente el doblez de su camisa

los botones alineados

como soldados en el frente.


No sabe esperar

viene a desdecir la tiranía del tiempo.

Abre una puerta.

Un último bocado

tiesa como un pájaro muerto.


Descalza, siempre descalza.


Se precipita

nocturna devora sus manos

con náuseas

y placer de sacerdote.



Va y vader

ramada, vacía


hacia el lecho negro de dos pupilas.


Abre la boca

vomita

la llaman

la siguen.


Se ha ido.


Sólo se escuchan los cuervos.


***


El corazón de las tinieblas


En algún momento de la historia se decidió

que el corazón es una maquinaria destartalada

en una fábrica de televisores de tubo de rayos

catódicos, abandonada por un patrón obeso

y desaliñado, con olor a transpiración de búfalo.

En ella hay un sereno que se niega a volver a su casa

donde están su mujer y sus cinco hijos. Dos de ellos no quieren verlo.

Las horas extras, en aquella tumba de fierros

y óxido, apuñalaron el poco amor de padre

que le quedaba

y, luego, las sabidas consecuencias.

El oxígeno es escaso. Hay algo intacto en el paso del tiempo.

El color de las chapas del techo después de la lluvia olas ventanas con algunos vidrios rotos, mirando al oeste,

los campos secos, amarillos, que pueden versedesde la oficina más grande, al lado de la pequeña,

donde todavía guardan las camisas de grafa y los cascos

de seguridad que no se robaron los pibes del barrio

cuando entraban de noche a inhalar los vapores

de la caldera que permanece en funcionamiento,

único sistema de calefacción que entibia ese cementerio de ausentes.

Una rata enorme, como una palabra que se dice con cuidado,

me mira fijamente.

El pulso de esa maraña vieja y corroída,

el corazón de las tinieblas,

se mimetiza con el olor a cigarrillo de mis manos.

Miro desde la calle la respiración lenta y tediosa del chaperío.

Acoplo a ella mi melodía de voz sucia y la tos de siempre.

Ahora somos una, la maquinaria cardíaca y yo.

Ahora podemos declararnos en quiebra total.


*De Morfina para los muertos (ElAndamio Ediciones, 2023/24)


***


LA MEMORIA


¿es una luz enmudecida que fue

quizás

adivinación

o rayo líquido de dios?


A veces, todo solloza como la memoria del nido

del blanco nido.


Deseo la palabra

la palabra desvelada

llamo casa al invierno

pienso mío su reflejo

llamo patria al invierno y

caigo

caigo

caigo en la hermosa morbilidad de las horas


y todo plenamente devenido


blanca casa de ventanas blancas,el despertar de las palomas,la orilla del día

la blanca orilla.


***


PRELUDIO


Lo lejano es un pájaro muerto que canta.

De eso se trata la memoria

miles de pájaros

que cantan

mientras respira

sumergida


la palabra.


***


MEDIDA DEL SILENCIO


Alguien se nombra

en un idioma triste.


Pero se nombra.


Es un rumor de pájaros

la quietud

arcaica

de la luz.


Sobre los árboles

el silencio es soberano.


*De Inventario del tiempo (Prueba de galera Editoras, 2022)


***


SED

VI


La tarde fue un estan

que callado

donde el tiempo nos habló

de la paciencia de los peces.


***


MISMIDAD

VI


Si me voy ahora,

la espesura

los pájaros

no sabrán despedirme


Las huellas del silencio

tendrán miedo

del silencio en la piedra


Él, a veces,

está tan cerca de lo quieto

como un mediodía

a la sombra de Dios


Me mira llegar

al final de un río negro.

Estuvo allí,

antes de ser hombre

fue el misterio

en la boca de la noche,

una pregunta

que les besaba

la tristeza a los niños


Si me voy ahora,

sobre este mismo río negro

besaré el pálpito

la orilla

desnudaré la tarde

construiré

un amor inabarcable

solo

tan solo


Debo permanecer vacilante

abrazar la semilla

sembrar las horas

como un regalo


Seré un retrato

hermoso

que puedas amar

sin preguntarte

tanto.


*De La hora suspendida (Editorial Hespérides, 2021)

***


CECILIA PONTORNO

Poeta, maestra, profesora de Psicología. Coordinó los talleres de poesía Tierra Poética. Realiza corrección de obra poética y tutorías pedagógicas. Participó en antologías y revistas digitales. Mención Concurso Hespérides (Poesía) por La mirada es un lugar, 2020. Publicó La hora suspendida (Hespérides 2021), Inventario del tiempo (Prueba de Galera 2022, catalogado en la Biblioteca de la FreieUniversität Berlín y en el Instituto Ibero-Americano de Patrimonio Cultural Prusianode Berlín) y Morfina para los muertos (El Andamio 2023/24). Traducida al francés en OUvroir de POésie LIbre y publicada en Periódico de Poesía (México 2022).Coordina los talleres de poesía Un radar en la tormenta.


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