La tregua del que no tiene dientes
para masticarse la bronca,
esperan.
La paciencia de los sedientos de justicia,
reclaman.
La calma de los que han perdido
hasta la última batalla,
exigen.
Tiempo le piden al que se ha caído
hasta de su propio sueño.
Ellos
los saciados
los hastiados
los amos de estas ruinas.
Encendieron oscuridades
y ahora
pretenden velas
de los que ya no tienen ni esperanza.
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