Quisiéramos romper este silencio en mil pedazos
tomar cada fragmento y arrojarlo
donde ya no sea llanto
Pero a veces
no podemos
Casi nunca podemos
Y la poesía
-que sabe desde el origen de nosotros mismos
que arrastramos este dolor-
nos cobija por un ratito
nos tiende un puente con la palabra
nos acuna en su verdad
para que sigamos intentando
romper los falsos espejos
de este mundo.
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