Yo quise apaciguar el peso de tus años
levantar del fondo de tu vejez ese dolor triste
tomar tu mano para que dieras el paso
sabiendo que tu sangre no daba permiso a la soledad
Yo quise sanar tu cuerpo cansado
decirte al oído cuánto te amé
para que al dejar este mundo desalmado
pudieras sonreír una vez más
Yo quise
no pude
Así es el destino de quienes aman sin saber cómo amar
de quienes intentar sin saber cómo ni por qué
Lucha en las sombras el alma que llega al punto dónde la lágrima es pena y angustia
a un tiempo
Yo quise
conservar en mí tu mirada final
para que me acompañe dónde vaya
Y el golpe fue demasiado para mí
(sigue siendo demasiado)
Espero cada día
encontrarte
pero sé que no
Ya no será
ni hoy ni nunca
Hay que levantarse todos los días para caminar este mundo solitario
demasiada espina
Cuidar tres flores que te amaron
y te extrañan
aunque no lo digan, aunque no le cuenten
extrañar es cosa de mirada
de ojos tristes.
"Sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos"
dijo la poetisa
Y así
sin saber nada llegamos
sin saber cómo nos vamos
Somos viento que pasa
y la memoria del viento
que queda.
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