Hoy quiero recomendarles la lectura de esta pequeña obra de teatro: "La isla desierta" de Roberto Arlt.
Y la obra podría acontecer en una fábrica, en un salón de clases o en un departamento cualquiera de cualquier ciudad del mundo y sería igual de profunda y desafiante.
Nos habla de un tema que nos aqueja como especie hace mucho (demasiado) tiempo: hacemos lo que realmente queremos o solo nos dedicamos a malgastar nuestras preciosas horas de vida cumpliendo mandatos y obligaciones impuestas sin detenernos a pensar.
Los personajes de esta obra de pronto piensan e inmediatamente, dudan: ¿será que desperdicié 40 años en estas oficinas (20 de los cuales trabajé de "soplón" para los jefes) en lugar de vivir mi vida?. Y en la pregunta, se desborda el mundo
Y esta es una de las grandes puertas que abre este libro: pensar y dudar son los primeros pasos para vivir.
Otra puerta: ese deseo de libertad y de disfrute de la vida no es un acto individualista sino un deseo compartido, un reconocimiento del otro como alguien que padece nuestros mismos males y que sueña, en secreto, los mismos sueños.
Leer "La isla desierta" es un acto de rebeldía y de esperanza porque nos acerca de manera directa y sin rodeos con las emociones, temores y frustraciones típicas de la vida contemporánea. Nos ayuda a pensar, a regalarnos una pausa y a darnos el lujo irrenunciable de dudar de todo lo que estamos haciendo aunque más no sea para sentir que el derecho a soñar una vida distinta no lo hemos perdido.
Se los recomiendo muchísimo!!
P.D.: Este pequeño libro que encontré en un puesto de usados recorriendo Buenos Aires tiene (cómo si la obra de Arlt no fuera suficientemente clara) la excelente pieza de Ricardo Talesnik "La fiaca" tremendamente conocida por la versión cinematográfico de 1969 interpretada por Norman Briski y Norma Aleandro. Seguramente escribiré una reseña de este clásico en el futuro.
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