Celestina
Las sombras de mi habitación me cubren en un solapado intento por callar esa voz punzante. Sí, esa voz que araña mi conciencia y estrangula mis recuerdos sonantes como ecos que retumban en mi adolorida existencia.
En las sombras grito hacia el silencio y las palabras se extravían en un cúmulo de sonidos que se pierden en la nada, al igual que las lágrimas que brotan fecundas de un pletórico estrabismo falaz.
Las luces fugaces pasan por la ventana martirizando mi condenada alma, un juicio que perdí el día oscuro del desuso de la razón y la lógica.
Ahora me preguntó infeliz.
—¿qué será de ti mi bella Celestina?, Has partido a la tierra donde Aqueronte, leva las almas en su barca siniestra. ¡Y sí! Escuchó su canción, maldita canción que retumba los tímpanos. ¡Basta ya! ¡Engendro!
Esas malditas monedas retumban por un pago al delito. Me tomó la cabeza y arranco algunos cabellos.
—¡Oh, Celestina mi amada, Celestina, estos cabellos fueron tuyos.
Mis manos esparcen los hilos hacia la oscuridad solana. El sitio donde un ápice de ignorancia me hizo llevar tal bajeza inoportuna.
—Estas allí, Celestina? Ven a verme en mi soslayo advenimiento.
Me levantó impulsado al horizonte oscuro, siento la brisa de un recuerdo en verano, pero no es verano, es invierno, un invierno frío como mi corazón extraviado de sentimientos desde que te marchaste.
—Celestina, ven pronto mi amada, no me dejes, mi Celestina.
Ahí esta la invocada, tan bella como una flor. Mis brazos se estiran hacia el infinito, queriendo atrapar su recuerdo. La luz que la rodea me calienta. Su perfume a jazmín invade mis células olfatorias en un embriagante elixir excitante.
—Ven, ven, Celestina. Regálame una vez más el perfume que acaricia mi corazón y la pulcritud inicua de un pasado funesto, ¡Celestinaaa!
Las lágrimas caen en abrojos lastimeros abrigándose en el dolor decadente. Su presencia inmutable y sombría petrifican las disonantes consonantes, luego siento el calcáreo frío que penetra cada fibra ósea. Me quema.
—Que los dioses constrictores vuelvan tu alma a su recipiente, ese que fue objeto de mis placeres mundanos. ¡Perdón Celestina!
Sigo caminando hasta la presencia, hasta mi amada Celestina.
—Vuelve, vuelve, no te marches mi amada, mi bien infinito.
Mi ser se aproxima hacia la amada, la epidermis se subyuga, me retraigo un poco, pero ella levanta sus brazos en un llamado desesperante. El sudor corre presuroso por las facciones, y los surcos de mis arrugas son canales de pena y miedo.
—Celestina, Celestina, mi fiel amada, yo he sido el cómplice de mis arrebatos desencantados. Mi cárcel será la condena del albedrío perdido en tu amor.
Desgarro mi ropa en un súbito momento de irá envenenada. La culpa carcome mi cerebro como el gusano roe la hoja verde del nogal. No puedo más con este cruce de sentimientos oscuros y me lanzo hacia la ventana que me recibe con un cálido abrazo cortante. La sangre brota estruendosa mientras voy cayendo al vacío, hacia los brazos de mi amada Celestina.
—Ven, Ven, Celestina, recíbeme en tus brazos helados... Acógeme en tu perdón...
Llévame a tu lugar sacro como un recuerdo lucido de tu amor —. Mientras voy al encuentro mortal con la fría graba, veo a mi amada en el fondo esperándome con los brazos abiertos—. Celestina, mis lágrimas carmesí son mi arrepentimiento por los celos malvados, que clavaron en ti la daga de mi malevolencia. Perdón, perdón, perdón…
Mi cuerpo se estrella y explota en partículas cósmicas que se desvanecen en dirección al menguante convexo, al otro lado puedo ver la sonrisa de mi Celestina, al fin puedo habitar en este firmamento eterno.
—Llévame de tu mano, hacia el Olimpo de tus sueños. Mi amada Celestina.
CAMILO TORRES
Escritor empírico, pero con mucha pasión por el mundo de las letras, empezó a buscar estilos que le ayudarán a escribir. Así nació su amor por la poesía de la pluma de Federico García Lorca y su toque oscuro con la ayuda de Edgar Allan Poe, así fue forjado su estilo para escribir, sin dejar de aprender continuamente para mejorar día a día.
Su gran logro fue publicar su primer poemario en Amazon llamado: "Escritos de mi mente", además de compartir sus escritos en revistas literarias, grupos de literatura y en todas sus redes sociales. Al lado de Yenny Aldazora en 2020, crean el canal literario y artístico llamado Rincón Poético; un espacio concebido para mostrar a escritores, poetas y cantautores emergentes de varias partes del mundo.
Hay muchos planes aún por hacer realidad en su vida. Lo literario será primero y como un sueño al cual se va llegando de a poco, cada día un nuevo peldaño y reto, para seguirse forjando como escritor. La pasión de escribir la llevará hasta el último aliento de vida y espera dejar un legado tras de sí en pro del arte literario.
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FACEBOOK: Torres Camy
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